Mi cliente más difícil
Posiblemente tu tienes uno igual
Por: Roberto Salazar M.
En este oficio uno aprende a trabajar con todo tipo de clientes.

Están los que confían, los que delegan, los que entienden el valor de un proceso y dejan trabajar… pero también están los que cambian de idea cada semana, los que piden milagros con presupuesto simbólico, los que convierten el acto de cobrar en una batalla emocional.

Pero hay un cliente que siempre resulta ser el más difícil, y si hoy lo menciono es porque, con algo de incomodidad, tengo que reconocer que ese cliente soy yo.

Sí. Yo.

El que se dedica a estructurar campañas, a enseñar estrategias, a resolver los enredos comunicativos de otros… y que, sin embargo, se atora cuando se trata de comunicar lo propio.

Hablar de lo que uno hace parece lo más fácil… al menos en los buenos propósitos de cada año, pero en la práctica se vuelve ese proyecto que siempre se posterga, que nunca se afina, que termina explicado a medias en una reunión improvisada o en un “nosotros hacemos varias cosas” que no le hace justicia a nada.

A veces cuesta seguir los mismos consejos que uno da con soltura a los demás y por eso, entre todas las recomendaciones que suelo repetir, hay una que me esfuerzo en recordarme también a mí: sé vocal con lo que haces.

Y debo reconocer que no es algo que yo haya acuñado. Se lo escuché por primera vez a mi hijo —psicólogo— y me pareció que sintetiza muy bien.

Vendes hamburguesas, dilo. Reparas celulares, dilo. Manejas redes, das clases, haces campañas... dilo. No es sólo una cuestión de visibilidad, es una cuestión de claridad. Y si puedes, di también por qué lo haces.

Esa fue una de las razones por las que diseñamos el programa de la Maestría en Mercadotecnia Digital. Porque no había una propuesta que conectara tres piezas fundamentales: plataformas (con sus algoritmos, métricas y lógicas), ventas (porque sin ventas no hay campaña que aguante), y comportamiento del consumidor (que es el marco que da sentido a todo lo anterior).

Pero más allá del programa, este espacio —este blog, este acto de escribir con nombre propio— nace por una necesidad más íntima: predicar con el ejemplo.

Durante años, he hecho campañas para otros. Miles de anuncios salieron de esta agencia sin firma.

Y lo que hago en el aula, aunque toca un poco la vida de mis estudiantes, se queda ahí, entre cuatro paredes.

Esto, en cambio, es público. Es mío.
Y también es un paso personal para empezar a ser más vocal con lo que hacemos.

Para compartir lo que pensamos, lo que probamos, lo que aprendemos... sin filtro y sin manual.

No porque tenga todas las respuestas.
Sino porque ya era hora de hacer lo mismo que les pido a otros:
hablar con claridad, con intención y con voz propia.

Soy Roberto Salazar.
Publicista y profesor universitario.

Aquí comparto historias que me ayudan a comprender nuestra interacción en las complejidades del mercado actual, porque mi trabajo es ayudar a personas a lograr más, contando mejor lo que hacen.

Si crees que puedo ayudarte en algo, manda un mensaje o sígueme en la red social de tu preferencia.